Situado en una parte inaccesible de la selva, rodeado de una espesa vegetación, el sitio del Gran Patajén (oficialmente, "Juanjui") es uno de los lugares más misteriosos del Perú; una ciudad entera, perdida en la selva amazónica. La cultura Chachapoyas, que hizo de Kuélap su capital, construyó aquí un enorme conjunto arquitectónico: 26 paredes en la forma de semicírculos, cubiertos con motivos que representan hombres y pájaros, la sucesión de terrazas y escaleras que las conectan, estatuas de hombres de tamaño humano y sexo erecto. Pero este sitio es difícilmente abierto al público en general: la realidad de su aislamiento geográfico y la fragilidad del equilibrio natural que lo rodea hace difícil la instalación de las principales infraestructuras turísticas, así como una carretera que conectaría el sitio con el pueblo de Trujillo (y aún así, el viaje sería bien largo). Hasta la fecha, sólo los investigadores con premios o viajeros han sido lo suficientemente afortunados como para poner los ojos en lo que constituye uno de los más importantes sitios peruanos que aún guardan el mayor número de secretos